El pasado 4 de julio la comunidad científica de todo el mundo celebró el
anuncio, por parte del Centro Europeo de Investigación Nuclear (CERN),
del descubrimiento del bosón de Higgs, también conocido como la partícula de Dios
o, más precisamente, la partícula-Dios (God particle); desde entonces,
esta partícula subatómica, cuya existencia fue predicha en 1964, se ganó
las portadas de todos los medios y se convirtió en protagonista
exclusiva dentro del campo de las noticias científicas. Ahora bien,
probablemente la gran mayoría de los habitantes de este mundo no tenga
del todo claro qué es el Bosón de Higgs, y se pregunte ¿cuál es su
funcionalidad? ¿Qué cambios relevantes puede promover su descubrimiento?
¿Es realmente el mayor descubrimiento del último medio siglo?
Para
la ciencia, el bosón de Higgs es el responsable, ni más ni menos, que de
la masa de la materia. El modelo estándar de la física explica las
interacciones entre las partículas y la relación de su materia con las
fuerzas de gravedad y la inercia, pero no de dónde obtienen dicha masa…
hasta ahora. El Higgs es aquello que, al agruparse en cada partícula en
cantidad variable, establece la masa de cada partícula. Es decir que
este descubrimiento llena el hueco que la teoría física tenía hasta
ahora para explicar los fenómenos del universo.
Cuál es su posible
aplicación, en cuánto cambiará la vida real y cotidiana este hallazgo,
todavía no está claro. Algunos científicos plantean que revolucionará la
vida en pocos años, otros estiman que tiene la misma aplicación que
podía tener la electricidad en el siglo XIX. El debate en la comunidad
científica está abierto, y solo el tiempo puede dar la razón a unos u a
otros.
Por último, vale remarcar que el apodo del bosón de Higgs,
Partícula-Dios, fue acuñado por el libro del científico Leon Lederman,
que la llama “partícula maldita por Dios”, por la dificultad que
generaba encontrarla; no obstante, el mismo Lederman se ha encargado de
explicar que la similitud radica en que es “algo que está en todas
partes, en todos los espacios”. Aunque, aclaró, “no tiene nada que ver
con la religión”.
Fuente: mx.tuhistory.com