Las exhibiciones pirotécnicas que iluminan de colores nuestros cielos nocturnos se basan en reacciones de oxidación y reducción donde la pólvora negra actúa de combustible. La adición de estroncio, cobre y otros metales otorga a los fuegos vistosos rojos, azules o amarillos; y el magnesio o el cloro se emplean para acentuar la intensidad.La mezcla se coloca en un tubo de papel o cartón, para que la carga estalle en el aire en el momento preciso. En su máximo apogeo, los ingredientes alcanzan temperaturas de 1.000 a 2.000 ºC.
Según un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas -la mayor institución pública dedicada a la investigación en España y la tercera de Europa- sobre el impacto en la salud de los dispositivos pitotécnicos, las partículas metálicas contenidas en el humo que emiten pueden afectar especialmente a los asmáticos. Tras analizar más de 30 elementos y compuestos químicos en ciertos días del año, la investigadora Teresa Moreno confirmó que durante las celebraciones españolas de San Juan y de las Fallas se disparan los niveles ambientales de plomo, cobre, estroncio, potasio, magnesio, aluminio, titanio, bario, antimonio, óxido nítrico y dióxido de azufre. Las partículas pueden ser inhaladas, por lo que conviene disfrutar del espectáculo a una cierta distancia y vigilando la dirección del viento.
Fuente: Muy interesante
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